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Desde el principio de SUNSET RUNNERS, la historia de nuestro club ha estado ligada a las X Millas de Alfaz del Pi. Más allá de la innegable espectacularidad del recorrido, para muchos corredores crepusculares esta prueba supone un magnífico desafío. Las diez millas (algo más de 16 kilómetros) constituyen una distancia atractiva para los corredores que han completado carreras más largas; al mismo tiempo, es todo un reto para quienes buscan dar el salto a pruebas mayores, ya que la dureza de su trazado es comparable a muchas medias maratones.
Además, allí fue donde lucimos nuestros colores y nuestro logo por primera vez en 2009; si todo va bien, también será en esta carrera donde estrenaremos nuestras flamantes nuevas equipaciones.

En esta edición, varios SUNSET RUNNERS debutarán en la prueba. ¿Qué les espera en las X Millas de Alfaz del Pi?

Salida desde Alfaz del Pi. El recorrido de la carrera podría asemejarse a una “W”: comienza siendo favorable, afronta luego una zona principalmente de subida, vuelve a descender y finalmente retoma una zona que pica hacia arriba.
La carrera se inicia en el Polideportivo de Alfaz del Pi, dando una vuelta a la pista de atletismo para realizar a continuación un pequeño recorrido por el pueblo. Al salir de la localidad, comienza una zona muy favorable que acerca la carrera hacia la playa. Estas primeras millas cuesta abajo hacen que la prueba se lance rápidamente, por lo que conviene recordar que todavía queda mucho para volver a la meta.

Zona del Albir. Tras las dos millas de descenso, se llega a la playa, a la zona del Albir. Es un tramo plano y agradable junto al mar. Lo mejor es disfrutarlo. Quien alce la vista y mire a la izquierda, ya podrá ver la Sierra Helada y, al fondo, un pequeño edificio blanco que es el Faro del Albir.
La prueba de 5 millas gira tras pasar el Albir y vuelve hacia Alfaz.

Entrada al Parque Natural. Después de la playa del Albir, la cosa se pone seria. Muy seria. Se abandona la playa y se pone rumbo al Parque Natural de la Sierra Helada. El camino atraviesa una zona residencial donde la carretera se pone cuesta arriba. En este tramo se encuentra una de las rampas más duras de la prueba. Hay que subirla, pero también es recomendable guardar fuerzas.
Generalmente, justo antes de entrar en el Parque Natural hay un punto de avituallamiento. Siempre parece que llega un poco pronto, ya que apenas se lleva un cuarto de carrera; sin embargo, es la única ocasión para coger agua en muchos kilómetros: por motivos ecológicos, dentro del Parque Natural no hay puntos de avituallamiento.

La Sierra Helada. El Parque Natural es la parte más espectacular de la prueba y, posiblemente, uno de los recorridos más impresionantes que se puedan hacer en una carrera popular. Un estrecho sendero de cemento recorre los acantilados teniendo siempre el mar como compañía. Esta fase es una sucesión de subidas y bajadas; no hay rampas excesivamente largas, pero tampoco se encuentra ningún momento de descanso.
La ida y la vuelta se realizan por el mismo sendero, así que es habitual cruzarse con el resto de corredores. La recomendación: ponerse a la derecha y adelantar sólo cuando no venga nadie de cara para no molestar (ni ser molestado). En este sentido, el camino de la Sierra Helada tiende siempre a picar hacia arriba, lo que supone un desgaste constante. Un poco antes de llegar al Faro del Albir, se cumple la mitad de la prueba.

El Faro del Albir. En la parte final de la ascensión a la Sierra Helada, comienza a verse el Faro del Albir. Se trata de un enclave espectacular, situado en un acantilado rodeado de rocas. Ya con más de cinco millas en las piernas, la subida hasta él puede convertirse en una tortura. La rampa no es demasiado larga, pero tiene una pendiente muy fuerte que se vuelve más violenta. De hecho, la entrada al recinto del faro es casi una pared que obliga a hacer otro esfuerzo adicional.
La alfombrilla de control de tiempos de mitad de carrera está situada en este lugar. Tras cruzarla, se rodea el faro a través de un estrecho corredor que nos devuelve al sendero de regreso.

Saliendo de la Sierra Helada. Es el momento de darse un respiro, de alargar la zancada y disfrutar del paisaje. Se recorre el mismo camino que para llegar al faro: rampas continuas que ahora suelen ir hacia abajo. A la salida del Parque Natural, se retoma el asfalto y reaparecen los puntos de avituallamiento.
El recorrido no vuelve a pasar por la playa, sino que atraviesa calles del Albir. La gente anima desde las terrazas, mientras disfrutan de sus cervezas: son los últimos gritos de aliento antes de afrontar -en una relativa soledad- la parte final.
En esta zona enlaza el circuito de quienes participan en las 5 millas.

Subiendo a Alfaz del Pi. Tras más de diez kilómetros, las fuerzas entran en la reserva. Poco a poco desaparece todo el mundo... y la carretera vuelve a empinarse. Se recorre la misma carretera por la que empezó la prueba, la misma por la que la gente bajaba lanzada una hora antes. Ahora, cuesta arriba, las piernas acusan rápidamente los esfuerzos anteriores y no encajan bien las últimas dos millas.
No es el tramo con más desnivel del recorrido, pero sí puede convertirse en el más duro. Son rectas largas en las que uno ve a todos los que lleva por delante y, lo que es peor, todo lo que le queda. Es el sitio para gastar las fuerzas que queden... o de acordarse de las que se han malgastado por el camino.

La meta. La línea de llegada está en la pista de atletismo del Polideportivo, en el mismo lugar donde se dio la salida. Al contrario que al principio, no se da una vuelta completa a la pista, sino que sólo se completa la recta de 100 metros.
Al pasar la línea de meta, el tiempo será lo menos importante. Es hora de celebrar la hazaña con el resto de compañeros de aventura bebiendo cerveza fría. 

Ojalá haya muchos SUNSET RUNNERS que se animen a participar en este desafío.