Molina de Segura   |   Murcia   |   España

27 de diciembre de 2010

Distancia: 20'2 km aproximadamente

 

La Vía Verde del Noroeste recorre el antiguo trazado de un modesto ferrocarril que llegaba a la capital de la sierra, la Ciudad Santa de Caravaca de la Cruz. El proyecto pretende acondicionar esta vía verde desde Murcia; en la actualidad existen unos 50 kilómetros habilitados, que van desde Los Baños de Mula hasta Caravaca, que en 2010 celebra su Año Jubilar.

 

Esta vía atraviesa gran variedad de paisajes, alternando áridas tierras con zonas de montaña con pinares y almendros. La Vía Verde del Noroeste recorre también algunas poblaciones, como Bullas que se encuentra a unos 20 kilómetros de Caravaca. Desde ahí, a la conquista de esos paisajes agrestes y en busca del Jubileo, partió la I SUNSET EXPERIENCE.

 

They're not gonna catch us. We're on a mission from God.”

(Elwood Blues)

 

8:30 de la mañana.

Bullas. Temperatura ambiente: -4º.

Expedición Sunset compuesta por Sergio Falgas, José Carlos Mayor y Juan Antonio Pujante.

 

Al salir del coche en Bullas, hacía tanto frío que no nos dio tiempo a plantearnos si éramos héroes, temerarios, frikis o un poco de cada cosa. Tardamos un par de kilómetros en dar con la Vía Verde; los lugareños nos indicaron el camino con mejor voluntad que acierto, así que dimos un pequeño rodeo. Por suerte, un simpático señor nos abrió la puerta de su finca para ayudarnos a encontrar la ruta.

 

Los primeros 10 kilómetros hasta Cehegín fueron tan bonitos como gélidos. El sendero, de asfalto y zahorra compactada, discurría entre pinos, rodeando laderas, atravesando viaductos elevados,... Todo muy bucólico, excepto el frío. Madrugamos más que el sol, así que corrimos ese tramo fresquitos, a la sombra, con cuidado de no pisar los charcos -helados, por supuesto- que flanqueaban el camino, con un ligero aire de cara que nos dejaba el rostro como al malo de Terminator 2 cuando lo congelan. Así era, como abrir la puerta del congelador de casa y meter la cabeza dentro. Así, durante 10 kilómetros.

 

La llegada a Cehegín nos devolvió el sol y la civilización. Tras varios kilómetros de callejeo, dejamos atrás esta entrañable ciudad, pero no el frío. Ése se vino con nosotros hasta Caravaca.

 

Al salir de Cehegín, recuperamos la vía de zahorra. El Santuario de Caravaca lo vimos por primera vez tras pasar un túnel; con la postal de fondo, pronto nos pusimos a correr paralelos a la Carretera de Murcia. Una parte final de esas que torturan más la cabeza que las piernas: casi tres kilómetros de recta picando hacia arriba.

 

Pero ya habíamos llegado. En la entrada del Polideportivo, como no había alfombrilla que pisar ni chip que devolver, la expedición Sunset se felicitó por la hazaña gélida y silenciosa. Fue entonces cuando, en un acto de bondad divina, los termómetros volvieron a ponerse sobre cero. Sólo después de las felicitaciones, paramos los cronómetros, GPS, iPhone y demás tecnología.

 

Algo más de 20 kilómetros en algo menos de 1hora y 47 minutos.

 

¿Pero qué importa el tiempo cuando acabábamos de ganar el Jubileo para la eternidad?

 

Algunos dirán que lo peor no fue correr por las montañas de la comarca del noroeste a -4º, sino tener que ducharnos con agua fría. Sin embargo, era un día de sacrificios, de heroicidades, de temeridades o de todo a la vez.

 

Para completar la peregrinación, acompañamos la Cruz de Caravaca desde la Iglesia del Salvador al Santuario y entramos por la Puerta Jubilar justo a tiempo para escuchar las campañas de mediodía. Tras la ceremonia, llegó el momento de tocar la célebre Santa y Vera Cruz de Caravaca y recoger nuestros diplomas del Jubileo. Todo tan emotivo como subir al podio a recoger un trofeo, incluso más, porque la Bendición pesa poco y la podremos llevar encima en todas las carreras.

 

 

Sunset Runners

Tiempo

Sergio Falgas Robles

1h 46' 45”

José Carlos Mayor Sánchez

Juan Antonio Pujante Meseguer

 

> Galería de fotos.

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