Molina de Segura   |   Murcia   |   España

13 de mayo de 2012
Distancia: 7,2 km y 500 metros

Los colores SUNSET RUNNERS se exhibieron más que nunca en la carrera popular organizada en la urbanización Los Olivos, en Molina de Segura. El evento consistía en dos vueltas a un circuito de asfalto con un pequeño tramo de tierra; con una participación de unas 300 personas en la categoría absoluta, la representación del club estuvo formada por diez corredores: Raúl Ortega, Manuel Chicano, Joaquín Meseguer, los hermanos José Carlos, Esther y Almudena Mayor, Erika Reyes, María José Nicolás, Cécile Le Tallec-Domalain y Juan Antonio Pujante.

A pesar de esta extraordinaria representación, la estrella de la jornada fue Carla Planas Mayor. Sin haber cumplido todavía cinco años, se convirtió en la corredora más joven en debutar como SUNSET RUNNERS. Su estreno se produjo en la carrera infantil, que recorría 500 metros a lo largo de la avenida principal de Los Olivos.

Además de los inscritos en la prueba, el club contó con el incondicional apoyo de sus seguidores: Noelia Marín ejerció de reportera oficial; Judith Méndez animó sin descanso, sobre todo, a Raúl Ortega; Javier Planas quería estar presente en el debut de su hija Carla; mientras que José Mayor fue testigo de la primera vez en la que sus tres hijos -Esther, José Carlos y Almudena- coincidían en la misma distancia de una carrera popular. También se encontraba en Los Olivos otro Sunset como Óscar Hernández Fernández, aunque en este caso fue por motivos laborales: le tocaba trabajar en la organización de la prueba y no pudo correr.

La afición Sunset no sólo apoyó a los participantes, sino que además tuvo que soportar el tremendo calor, que llegó a superar los treinta grados.

La salida de la carrera estaba prevista para las 10 de la mañana, pero José Carlos y Manuel Chicano se pusieron en marcha una hora y media antes. Dado que la prueba se celebraba a unos seis kilómetros del centro de Molina de Segura, estos dos intrépidos Sunset decidieron ir corriendo hasta Los Olivos.

Al llegar a la zona de salida, los participantes se encontraron con la primera sorpresa. La novel organización del evento hizo que la recogida de dorsales se convirtiese en un lenta espera bajo el sol. Más de media hora hubo que aguardar en la fila para completar un formalismo que suele ser un trámite de un par de minutos.

La segunda (pero no la última) sorpresa de la mañana fue que, a pesar de haber pagado entre 10 y 12 euros para la inscripción, no había ningún sistema de cronometraje. Los organizadores prescindieron del uso del chip, del código de barras en el dorsal, del rudimentario apuntador manual e, incluso, de un reloj en la línea de meta.

Resultan llamativos estos defectos, en especial, porque había muchos voluntarios dispuestos a ayudar a los corredores en todo lo que estuviese en su mano, como improvisar un ropero o dar agua en varios puntos a pesar de la distancia de la prueba.


La prueba de 7,2 km
El retraso en la recogida de dorsales provocó que la prueba se iniciase quince minutos más tarde de lo previsto. En los primeros metros, quedaron bien definidas las posiciones entre los diez Sunset Runners.

En cabeza se formó un amplio grupo de unos cuarenta corredores, entre los que se encontraban Raúl Ortega y Manuel Chicano. Justo detrás del pelotón cabecero, José Carlos Mayor y Joaquín Meseguer comenzaron a forjar una alianza que mantendrían hasta el final. A continuación, Esther y Almudena decidieron marchar juntas. En las últimas posiciones partieron Erika Reyes, María José Nicolas, Cécile Le Tallec-Domalain y Juan Antonio Pujante; este cuarteto se había fijado como objetivo único el completar la prueba.

Desde los primeros metros, el calor se convirtió en el protagonista. La temperatura fue subiendo paulatinamente y pronto alcanzó los treinta grados. Esto provocó un importante desgaste que algunos corredores empezaron a acusar en la primera vuelta.

Hacia la mitad de la prueba, el grupo de cabeza quedó reducido a sólo ocho. Y entre ellos seguía estando Raúl. Algo más retrasado quedaba Manuel Chicano, aunque siempre manteniéndose entre los veinte primeros. Tras ellos, José Carlos y Joaquín marchaban unidos con un ritmo en torno a 4'30”/km.

Esther comenzó a sufrir a causa del calor (y quizás también debido a los nervios por el inminente debut de su hija Carla). En un primer momento, Almudena redujo su marcha para acompañar a su hermana. Sin embargo, al ver que Esther no encontraba un ritmo apropiado, Almudena aceleró y se fue por delante.

En la cola de la carrera, el cuarteto Sunset formaba un bloque que avanzaba a un ritmo constante cercano a 8'20”/km. A pesar de que había partido en último lugar, el vagón Sunset comenzó a superar corredores desde el primer kilómetro. Con Cécile marcando el paso, sobrepasaron a cinco personas en la primera vuelta. Curiosamente, algunas de ellas volvieron a ser adelantadas en el segundo giro: impotentes ante la marcha del cuarteto Sunset, su desesperación les llevaba a tomar atajos.

En los últimos kilómetros, sólo quedaban cinco atletas en el grupo que lideraba la carrera; Raúl Ortega todavía aguantaba entre ellos. El ritmo, que había rondado los 3'45” durante toda la prueba, se volvió aún más exigente en el tramo final. El quinteto se estiró haciendo que tres corredores entrasen con una ligera ventaja en la recta de meta, mientras Raúl exprimía sus fuerzas por conectar de nuevo.

En ese tremendo esfuerzo en la parte decisiva, Raúl dobló al cuarteto Sunset. Sus compañeros fueron testigos privilegiados del excepcional pulso que Raúl mantuvo con sus cuatro rivales para el podio en el kilómetro final.

Con el apoyo de compañeros y afición Sunset en las últimas curvas, Raúl luchó por el podio hasta el final. Su excepcional quinto puesto en meta le dejó un sabor de boca agridulce que sólo pudo enjuagarse con agua, porque -y aquí llegó otra sorpresa de la organización- en línea de meta los corredores tenían que pagar cualquier bebida que no fuese agua. Sólo el contenido de la bolsa del corredor (barritas y un refresco energética) era gratuito.

Poco después llegó Manuel Chicano. Tras haber corrido seis kilómetros extra al amanecer, cerró su participación entre los quince primeros con un enorme ritmo en torno a 4'15”/km. A sólo dos minutos entró el dúo formado por Joaquín y José Carlos, que completaron una sólida prueba de principio a fin.

A continuación llegó Almudena, que terminó con 38 grados de fiebre. En el último giro, aventajó finalmente en un minuto a su hermana Esther, que alcanzó la línea de meta sofocada por el intenso calor.

Las emociones fuertes se vivieron con el final del cuarteto. El ritmo marcado por Cécile había permitido que el vagón Sunset adelantase a varios participantes, algunos de los cuales habían continuado, se habían retirado o, en el peor de los casos, habían optado por atajar el recorrido.

Un ejemplo de atajadores fueron dos mujeres que habían desafiado al grupo Sunset durante la carrera, con frases como “sois nuestro objetivo, lo que queremos es ganaros a vosotros”. Esta pareja decidió acortar (de nuevo) en la parte final de la carrera, de manera que tomaron una considerable ventaja sobre el vagón Sunset dentro del último kilómetro.

En respuesta a esta acción hostil, Erika y María José decidieron defender el honor del club: en un brutal cambio de ritmo, aceleraron hasta alcanzar a las dos atajadoras en la recta de meta. Sus acérrimas adversarias, en lugar de dejar pasar al dúo Sunset, respondieron al ataque y se pusieron a correr a pocos metros de la llegada. Erika y María José no cedieron y gastaron sus últimas fuerzas en devolverles el adelantamiento, sobrepasándolas definitivamente justo antes de cruzar la meta.

Cécile y Juan Antonio llegaron un minuto después con la alegría no sólo de haber completado la prueba, sino también de completar la representación de un club donde la gente corre con igual pasión por conseguir un podio, por esperar a un compañero, por defender el honor de los colores SUNSET RUNNERS o, simplemente, por compartir la ruta con amigos.


La prueba de Carla
Carla Planas Mayor. Así se llama la debutante más joven de la Historia del club, un hito que logró al completar los 500 metros de la carrera infantil con 4 años, 8 meses y 13 días.

Carla estaba ansiosa por estrenarse con los colores Sunset desde varios días antes de la prueba. Esa mañana de domingo no quería que se le hiciese tarde, porque sabía que era una jornada muy especial.

Esther estaba probablemente más nerviosa que su hija. 500 metros le parecía una distancia demasiado larga para la niña y además le preocupaba el excesivo calor, que superaba los 33º en el momento de la prueba.

Sin embargo, en el momento de la salida Carla se sentía mayor y con fuerzas, así que pidió a su madre que la dejase correr sola.

Esther accedió a la petición de su hija, pero decidió seguirla de cerca. A falta de 200 metros, Carla se giró buscando a Esther, lo que hacía pensar que quizás le estuviesen fallando las fuerzas. Sin embargo, lejos de abandonar la prueba o detenerse para tomar aire, Carla sólo pidió a su madre que le diese la mano.

Poco antes del final, Carla volvió a soltar la mano de Esther para entrar sola en meta. Como una campeona.

Su extraordinaria actuación fue recompensada con una medalla, que Carla se pasaría adorando durante todo el día. Y es que, aunque seguramente ganará muchos premios más, esta medalla siempre será la primera, la que consiguió en su histórico debut como Sunset Runner.


7,2 km
Sunset Runners
Tiempo
Raúl Ortega Gambín
25' 50”
Manuel Chicano Gómez
29' 44”
Joaquín Meseguer Meseguer
José Carlos Mayor Sánchez
31' 51”
Almudena Mayor Sánchez
42' 20”
Esther Mayor Sánchez
43' 15”
Erika Reyes Zurita
María José Nicolás Meseguer
56' 20”
Cécile Le Tallec-Domalain
Juan Antonio Pujante Meseguer
57' 23”


500 metros
Sunset Runners
Tiempo
Carla Planas Mayor
3' 50”


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