3 de marzo de 2013

Duración: 60 minutos

Circuito: 500 metros

Por segundo año consecutivo, SUNSET RUNNERS participó en la carrera solidaria organizada por la Asociación Molinense de Enfermedades Raras y el Ayuntamiento de Molina de Segura. La prueba, sin carácter competitivo se disputaba sobre un circuito de 500 metros en el Parque de la Compañía; los participantes podían completar vueltas durante una hora.

Catorce Sunset Runners tomaron la salida. Entre ellos, destacaban cuatro debutantes. El primero fue Juan Ruiz Prieto, que lideró la representación Sunset durante la prueba. También debutaron Tania Pérez Martínez y Noelia Marín Rosauro, que realizó el recorrido acompañada por Manuel Chicano Gómez... y el futuro bebé de ambos.

Sin duda, el estreno más ansiado fue el de don José Mayor. Tras acompañar a sus hijos y a su nieta en muchas pruebas en distintas localidades de Murcia, Alicante y Albacete, se decidió a tomar la alternativa con los colores SUNSET RUNNERS.

Don José mantuvo un apasionante duelo con su hija Esther Mayor y su nieta Carla durante toda la jornada. Tras una hora de intensa lucha, los tres concluyeron la prueba juntos habiendo completado seis kilómetros.

La familia Mayor Sánchez también estuvo representada por José Carlos Mayor, Erika Reyes y Almudena Mayor.

También fue destacable el retorno de Cécile Le Tallec-Domalain. Después de varios meses de ausencia por su maternidad, volvió a una carrera acompañada por su hija Emma Pujante Le Tallec-Domalain; la pequeña ya había estado presente en esta prueba el año anterior... viajando dentro de su mamá.

Emma completó varias vueltas guiando el camino de su madre y de su padre, Juan Antonio Pujante Meseguer. Fue una espectadora de lujo desde el coche oficial Sunset Runners, cedido por Sergio Falgas Robles.

Con mayor libertad participaron Dolores y Gine Meseguer. Las dos hermanas alternaron su faceta de corredoras con la labor de fotógrafas, así como otras funciones de logística y relaciones públicas.

A pesar del mal tiempo y de la lluvia que apareció al final de la prueba, muchas personas cercanas al club acudieron al Parque de la Compañía para animar. Fue, en definitiva, una jornada festiva en la que se cumplió un doble objetivo: disfrutar de una entrañable carrera popular y, al mismo tiempo, colaborar con una causa solidaria.

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