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21 de abril de 2012
Distancia: 51 km

51 kilómetros con un desnivel acumulado de más de 3.500 metros y rampas de hasta el 40%. Siete fortalezas en menos de doce horas. No cabe duda: la Ruta de las Fortalezas es una prueba especial que pone a prueba la resistencia física y mental de los intrépidos que afrontan este desafío. Con el objetivo de superar este reto, SUNSET RUNNERS se desplazó hasta Cartagena.

El temprano inicio de la ruta obligó a realizar un extraordinario madrugón. Antes de que saliese el sol, se reunió la expedición Sunset. La modalidad de equipos para la Ruta de las Fortalezas obligaba a formar grupos de cinco, de modo que el quinteto del club se compuso por Sergio Falgas, Manuel Chicano y tres debutantes Sunset: Francisco Granell junto con los hermanos Paco y Mari Carmen Crespo. En la misma expedición estaba también Óscar Hernández acompañado por Raúl Romero Guillamón; ambos aprovecharon la ampliación del plazo de inscripción para participar de manera individual.

Los Sunset Runners llegaron a Cartagena mientras amanecía sobre el Mediterráneo. Aparcaron en la zona habilitada en la Universidad Politécnica y prepararon el equipo para la competición: la mochila con las acreditaciones, la tarjeta de control, fruta, suplementos alimenticios, camisetas de repuesto, vaselina, ibuprofeno,... y todo lo necesario para una aventura de este calibre.

La excepcional organización de la prueba quedó patente desde el primer momento. La Armada al completo estaba movilizada para colaborar en la organización del evento. Así, en la zona de salida había un camión del ejército donde los soldados recogían el material que se les entregaba para subirlo a la zona de meta en Tentegorra, de manera que cada corredor lo tendría a su disposición cuando concluyese la ruta.

Esta extraordinaria colaboración de la Armada fue constante a lo largo de toda la jornada. Los militares prestaron su ayuda y estuvieron presentes en cada punto de control, en cada avituallamiento y en cada cruce que pudiese haber confusión. Además, su aportación no sólo fue logística, sino que también animaron en todo momento con un impresionante vigor.

Cabe destacar que la organización preparó unos avituallamientos muy completos. Agua, bebida isotónica, fruta, frutos secos, bocadillos y dulces esperaban a los corredores en los lugares designados para recuperar fuerzas.

A las 8:00 horas se celebró una emocionante ceremonia de apertura: los militares en formación saludaron el solemne Izado de Bandera en la Plaza Héroes de Cavite, que fue acompañado por el toque de sirena de un buque de la Armada y el himno nacional de fondo. Tras esta impactante escena, se dio la salida a los 3.500 osados inscritos en la prueba.

La ruta empezó con unos tres kilómetros de transición hasta los pies de la primera ascensión, la Ermita del Calvario. Los Sunset Runners marchaban en grupo, a un ritmo de 5'30”/km hasta las rampas duras iniciales. En la cumbre se encontraba el primer punto de control de la carrera, donde -al igual que los peregrinos en el Camino de Santiago- había que mostrar las tarjetas individuales y la del equipo para que fuesen selladas.

Una bajada rápida y cómoda acercó al grupo Sunset hasta la segunda ascensión de la jornada: la Batería de San Julián. Durante esta larga subida, la expedición permaneció unida. El descenso fue más técnico y complicado: una pequeña senda obligó a los corredores a marchar en fila india hasta Cala Cortina.

Los corredores se dirigieron al centro de Cartagena. De vuelta al asfalto, la carretera volvió a inclinarse para alcanzar el Parque Torres. Callejeando por el casco histórico, la prueba se encaminó hacia la zona del puerto desde donde se acometió la tercera fortaleza: la Batería de las Galeras. Una subida muy larga y zigzagueante llevó a la expedición Sunset hasta el kilómetro 27. El grupo llevaba unas tres horas de carrera... y apenas había pasado el ecuador de la prueba.

Carmen Crespo pasó un momento de debilidad en este punto; una mala alimentación previa hizo que sufriese en estas exigentes rampas. Sin embargo, una impresionante recuperación en la bajada y una encomiable capacidad superación le permitieron sobreponerse de un modo asombroso.

Tocaba afrontar entonces la parte más dura de la prueba: las ascensiones a la Atalaya y el Roldán.

En este momento de la carrera, Óscar tomó la delantera y, siempre escoltado por Raúl Romero Guillamón, se distanció del quinteto Sunset. El grupo de cinco se mantuvo unido, defendiendo así su participación en la categoría por equipos. En esta modalidad conjunta, sólo doce de los más de treinta inscritos llegaron hasta meta juntos y manteniendo a todos sus integrantes: SUNSET RUNNERS fue uno de los clubes que logró esta hazaña.

Pasando por el estadio Cartagonova, se ponía rumbo a la Atalaya. Consistía en una impresionante subida de poca distancia, pero con rampas de una extraordinaria violencia; el gran desnivel se hacía todavía más duro, ya que se ascendía por una pequeña senda de cabras que castigaba mucho las fuerzas de los competidores.

Tras un rápido descenso y una -inacabable- transición se afrontaba el desafío final: el Roldán. En apenas tres kilómetros se ascendía una mole de casi 500 metros de altura; el desnivel medio cercano al 20% se agudizaba en la última parte de la subida, que se realizaba siguiendo una arista de la montaña. Allí, las pendientes más duras de la ruta -cercanas al 40%- hacían que cada uno marcase su propio ritmo. El Roldán ponía a prueba los límites mentales y físicos de todos los participantes.

Óscar y Raúl Romero coronaron en primer lugar; por detrás, Sergio sintió la acumulación de la dureza de la prueba y sufrió mucho en la subida. No obstante, el quinteto Sunset volvió a reunirse en la cima; tras un pequeño descanso, los cinco juntos se lanzaron en un descenso muy técnico en busca de la meta.

El primer Sunset Runner en terminar la prueba fue Óscar; en compañía de Raúl Romero, completó la ruta en 7 horas y 20 minutos. Media hora después, apareció el quinteto que formaba el equipo SUNSET RUNNERS. En un emocionante final, los cinco cruzaron la meta cogidos de la mano. Habían pasado juntos casi ocho horas, siete ascensiones, 51 kilómetros y, sobre todo, una aventura que no se puede medir en números.

Ya en meta, llegaba el momento para el descanso de los héroes. Para ellos, los militares habían preparado un rancho de macarrones, carne, caldo, patatas, bebidas y fruta. En otro alarde de impecable organización, un autobús esperaba a los corredores para trasladarlos a Cartagena, hasta la misma zona de aparcamiento de la Universidad Politécnica habilitada para dejar los coches.

Casi un millar de los 3.500 que iniciaron la prueba no consiguieron completarla, mientras que sólo un tercio de los equipos inscritos lograron llegar a meta al completo y unidos. Esto resalta el mérito extraordinario de los Sunset Runners.

Recuperados del exigente esfuerzo, queda el orgullo de haber superado esta colosal ruta y, sobre todo, la inolvidable experiencia de haber vivido una jornada llena de sufrimiento, compañerismo y emociones incomparables.


Sunset Runners
Tiempo
Óscar Hernández Fernández
7h 20' 40”
Manuel Chicano Gómez
7h 52' 42”
Mari Carmen Crespo Cutillas
7h 52' 42”
Francisco Crespo Cutillas
7h 52' 42”
Sergio Falgas Robles
7h 52' 42”
Francisco Granell Prades
7h 52' 43”


> Clasificación general. Ver.
> Clasificación por equipos. Ver.
> Detalles de la ruta (datos de Sergio Falgas). Ver.
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