Molina de Segura   |   Murcia   |   España

22 de abril de 2012
Distancias: 42'2 km y 10.000 metros

La Cibeles se iluminó de naranja la noche previa a la Maratón. Algunos dirán que era una campaña publicitaria; otros pensarán que festejaba así el triunfo del Real Madrid en el Camp Nou; no obstante, todos sabemos que la diosa se vistió de gala para recibir a SUNSET RUNNERS en Madrid.

El día de la prueba también amaneció naranja. Para las carreras, la representación del club estaba formada por tres Sunset: Miguel Ángel Muñoz y Juan Antonio Pujante participaron en la Maratón, mientras José Carlos Mayor afrontó la prueba de 10 kilómetros, logrando finalmente -tras varios intentos frustrados- debutar en Madrid.

Además de los corredores, el club contó con una amplia presencia a lo largo del recorrido. Todos los Sunset Runners presentes en Madrid arroparon a sus compañeros durante la jornada. Así, se contó con el apoyo de miembros históricos del club -como Erika Reyes o Manuel López (que aplazó una reunión con el reputado periodista Eduardo Schell sólo para estar a pie de calle animando)-, figuras del Top 10 Sunset -como Patricia Duque y Cécile Le Tallec-Domalain-, fans incondicionales -como María Gómez-, futuras debutantes -como Ana Quirós- y otros amigos -como Nacho, José Manuel, María o Manuel- que querían estar presentes en una fecha tan especial.

Más que nunca, los Sunset Runners nunca corrieron solos.

La Maratón y la prueba de 10 kiómetros comenzaban al mismo tiempo para los casi 20.000 atletas que se congregaban en el Paseo de Recoletos. A las 9 de la mañana se dio la salida.

José Carlos Mayor, algo afónico todavía por las celebraciones del día anterior, exhibió su habilidad para ganar posiciones antes del inicio: situado en el carril destinado a los 10 kilómetros, atravesó la primera alfombrilla dos minutos antes que sus compañeros maratonianos. Miguel Ángel Muñoz y Juan Antonio Pujante se colocaron en el cajón previsto para una marca de 4 horas, aunque no sirvió de mucho: la pareja de Sunset Runners era arrastrada por la marabunta según avanzaba la masa.

Remontando el Paseo de la Castellana, José Carlos zigzagueaba a 5'00”/km adelantando posiciones sin descanso. Miguel y Juan Antonio marcharon unidos en estos primeros compases con un ritmo algo inferior a 6'00”/km: había que guardar fuerzas para lo que quedaba.

Cerca del kilómetro 3, se rodeaba el Estadio Santiago Bernabéu, momento en el cual las dos pruebas se dividían: la Maratón viajaba hacia el norte de la ciudad, mientras que los 10 kilómetros tomaban de nuevo dirección sur hacia el Parque del Retiro. En ese momento se produjo una de las escenas más emocionantes de la prueba: los deportistas de ambas pruebas se despedían tributándose un espontáneo y recíproco aplauso mientras se coreaba el “campeones, campeones”. Bien por la emoción de la carrera o por la pasión de la noche anterior, José Carlos recuperó la voz milagrosamente para entonar el alirón a la sombra del Bernabéu.

Fue en este punto donde los tres Sunset Runners separaron sus caminos. Por un lado, José Carlos se encaminó hacia Concha Espina y el Paseo de la Habana; por otra parte, Miguel Ángel y Juan Antonio iban unidos, pero las corrientes humanas en un océano de corredores arrastraron a Juan Antonio hacia la izquierda, mientras que Miguel se fue hacia la derecha de la calzada. Quedaban 39 kilómetros para meta y nunca volvieron a estar juntos.

Al paso por el ecuador de la prueba de 10 kilómetros, el perfil se volvía favorable. José Carlos, que hasta entonces había luchado por esquivar corredores rondar a 5'00”/km, encontró un mejor ritmo. Empezó ahí una remontada legendaria.

En el kilómetro 5, los maratonianos Sunset estaban muy cerca uno del otro. Miguel marchaba delante con apenas 13 segundos de ventaja sobre Juan Antonio. Además, las amplias avenidas del norte de Madrid facilitaban el contacto visual entre ambos.

José Carlos encaraba entonces la parte final de su carrera. Tras bordear la Plaza de Colón y atravesar la Calle Serrano, afrontó la última y exigente subida desde la Puerta de Alcalá hasta la entrada habilitada en el Parque del Retiro. Animado por la presencia de Erika Reyes, no sólo mantuvo su trepidante ritmo por debajo de 4'30”/km, sino que incluso consiguió aumentarlo.

A pesar de la dificultad que suponía correr los primeros kilómetros rodeado por 20.000 personas, José Carlos cerró su estreno en Madrid con un excelente tiempo de 47'32”.

En el extremo norte de la ciudad, Miguel y Juan Antonio continuaban su particular aventura. Aunque los dos viajaban en torno a 5'30”/km, la brecha se ampliaba poco a poco. Así, en el kilómetro 10 ya había 40 segundos entre ambos.

Cerca de Cuatro Caminos -poco antes del kilómetro 14-, encontraron el primer apoyo moral: Patricia Duque y Cécile Le Tallec-Domalain aguardaron pacientes el paso de los dos Sunset para animarlos. Realizando una maratón paralela a través del metro, también estuvieron presentes en el kilómetro 19, en el 25 -ya en compañía de María Gómez- y en el 36, para luego desplazarse a la zona de meta.

Con un terreno más favorable, los dos Sunset Runners aceleraron hasta rozar los 5'00”/km. Miguel Ángel ganaba terreno paulatinamente: la distancia se iba al minuto a la altura del kilómetro 16, ante la atenta mirada y los ánimos tan expansivos como centrípetos de Manuel López.

Manteniendo el ritmo cerca de los 5'00”/km, atravesaron los lugares más emblemáticos de la capital justo antes de alcanzar el ecuador de la prueba: Gran Vía, Puerta del Sol, Calle Mayor, Plaza de Oriente, Palacio Real y Plaza de España.

El paso de la media maratón, situado en la Calle Ferraz, mantenía la distancia entre Miguel Ángel y Juan Antonio en torno al minuto. Llegaban entonces casi tres kilómetros de vertiginoso descenso hacia el Paseo de la Florida.

Ahí, cuando la carretera se ponía cuesta abajo, llegó el momento crítico para Juan Antonio: reaparecieron las molestias que arrastraba en la planta del pie y, como era de esperar, no hubo recuperación milagrosa -sino todo lo contrario- en los más de veinte kilómetros que quedaban hasta meta.

Miguel Ángel, por su parte, realizó en esta parte sus tramos más veloces, volando por debajo de 5'00”/km en busca de completar de manera consecutiva su quinta Maratón de Madrid.

En esa fase de tres kilómetros de terreno muy favorable, Miguel Ángel aumentó la distancia en otro minuto. De este modo, hacia el kilómetro 25 ya había más de dos minutos entre los dos Sunset Runners. Y empezaba la Casa de Campo.

Administrando sus fuerzas de manera magistral, Miguel superó una de las partes más complicadas de la maratón manteniendo un ritmo regular. Siempre por debajo de 5'30”/km, no sólo saboreaba su objetivo de alcanzar la meta, sino que tenía en su mano batir su mejor registro en la prueba.

La idea de Juan Antonio empezaba a ser otra. Con un dolor cada vez más intenso en el pie, renunciaba a la posibilidad de hacer una buena marca y asumía que el único propósito era llegar al final. De cualquier modo.

Los dos Sunset Runners coincidieron en un aspecto fundamental: aprovechar los puntos de avituallamiento de la organización (y de la afición) para reponer fuerzas. De esta manera, una botellita de gel líquido cerca del kilómetro 30 se convirtió en un inesperado festín para los corredores.

Hacia el kilómetro 35, eran cuatro minutos y medio la diferencia entre ambos. Y lo peor estaba por llegar.

Los últimos siete kilómetros de la Maratón de Madrid son de una dureza mayúscula, incomprensible y casi inhumana, sobre todo, si se tiene en cuenta el recorrido acumulado en las piernas. La escarpada subida por la Calle Segovia sirve de la antesala para un trance de sufrimiento extremo.

Rondando los 5'40”/km, Miguel Ángel salvaba este tramo y guardaba energías para la terrorífica subida final desde la Estación de Atocha hasta el Parque del Retiro, pasando por la Calle Alfonso XII y la Puerta de Alcalá.

Juan Antonio, por su parte, avanzaba como un espíritu errante. El pie izquierdo ya no respondía, por lo que la responsabilidad de llegar a la meta recayó en sus gemelos. Convertidos en hilos de alambre, cada paso sonaba metálico, como si las piernas se hubiesen transformado en hojalata. Y un kilómetro se hacía en 6'00” y el siguiente en 6'15” y el siguiente en 6'30” y el siguiente... Bueno, hacerlo ya era suficiente.

Miguel Ángel entró en el Retiro exultante. Fue un último kilómetro para disfrutar, para saborear una hazaña extraordinaria. Cinco de cinco, como proclamaba su mano levantada. En meta, tuvo una alegría adicional: haber batido su mejor marca personal y quedarse a sólo un minuto del record Sunset de la distancia en una prueba tan dura como la Maratón de Madrid.

Más de diez minutos después apareció Juan Antonio. Justo a la entrada del Parque del Retiro, se encontraban Erika y José Carlos Mayor -ya duchado y recuperado de su carrera-. Esos últimos aplausos que se escuchan en una maratón son una mezcla de tierna compasión y ánimo sincero, algo así como “vamos, que da pena verte, pero ya estás aquí”.

Al final, eso es lo que cuenta. Porque un Sunset sabe que el dolor pasa, pero la gloria queda para siempre.
 

10.000 metros
Sunset Runners
Tiempo
José Carlos Mayor Sánchez
47' 32”

 

Maratón
Sunset Runners
Tiempo
Miguel Ángel Muñoz Pérez
3h 46' 11”
Juan Antonio Pujante Meseguer
3h 57' 24”


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