13 de noviembre de 2011
Distancias: 21'1 km y 12.500 metros

SUNSET RUNNERS estuvo en Lorca con motivo de su ya clásico medio maratón y la carrera de 12'5 kilómetros que se celebraba de manera paralela. Un total de seis Sunset Runners participaron en las pruebas: Juan Antonio, Luis García -recién llegado de su luna de miel-, Joaquín Meseguer y Alejandro Falgas (estos dos últimos debutantes en la distancia) tomaron la salida en el medio maratón, mientras que Manuel Chicano y José Carlos Mayor optaron por correr los 12.500 metros saludables como preparación para la próxima cita de Benidorm.

El recorrido comprendía un circuito urbano de unos siete kilómetros que era común para ambas pruebas. De esta manera, se dio la salida conjunta para todos los corredores. Esto provocó que hubiese cierta masificación de atletas en la primera parte de la carrera; Manuel Chicano y, sobre todo, José Carlos demostraron una mayor habilidad en la colocación inicial y rápidamente se distanciaron del resto de Sunset Runners. Los cuatro medio-maratonianos partieron retrasados y tuvieron que remontar posiciones entre la marabunta humana durante los primeros kilómetros.

Mientras duró el recorrido común, José Carlos y Chicano marcharon siempre liderando la representación Sunset. El ritmo del dúo, que empezó siendo de 5'00”/km, se incrementó progresivamente hasta situarse en 4'30”/km. La armonía entre la pareja se mantuvo hasta el último tercio de la prueba.

Fue a partir del octavo kilómetro cuando Chicano aceleró y José Carlos decidió dejarlo marchar. En esa parte final, Manuel Chicano rozó los 4'00”/km, mientras que José Carlos se mantuvo en torno a los 4'40”/km. La diferencia en meta entre ambos fue de apenas dos minutos.

Mientras ellos disfrutaban del (merecido) refrigerio en la zona de llegada, el resto de Sunset Runners seguía disputando el medio maratón.

Antes de la salida, tuvo lugar un incidente que puso en cuestión la dignidad y el sentido del ridículo del club: Juan Antonio olvidó sus pantalones y decidió correr con el chándal (remangado y cogido con imperdibles). La estampa resultaba bastante ridícula, lo que provocó la mofa de algunos de sus compañeros. Aunque el atuendo era propio del ejercicio del marisqueo, fue así como completó los 21'1 kilómetros.

Ya en carrera, Luis, Joaquín, Alejandro y Juan Antonio marcharon unidos durante la primera vuelta al circuito. Los cuatro tuvieron que luchar en los compases iniciales para buscar un hueco entre el pelotón donde poder marcar un ritmo apropiado. No fue hasta el segundo kilómetro cuando el paso del cuarteto se estabilizó en los 5'00”/km.

El grupo de Sunset se mantuvo compacto hasta aproximadamente el kilómetro 6. Fue entonces cuando Alejandro cambió el ritmo. No se trató de un ataque violento, pero fue suficiente para que el cuarteto se rompiese: tras Alejandro, Joaquín y Juan Antonio mantuvieron el ritmo de 5'00”/km, mientras que Luis comenzó a acusar el nulo tiempo de preparación que había tenido en las semanas previas.

Al atravesar el ecuador de la prueba, Alejandro continuaba su exhibición y ya tenía algo más de un minuto sobre el dúo perseguidor, Joaquín y Juan Antonio, que aguantaban exactamente el mismo ritmo kilómetro tras kilómetro.

A falta de seis kilómetros, Juan Antonio comenzó a ceder. Incapaz de seguir a Joaquín, redujo la marcha, entregó su gorra al club de fans (esta vez formado por Cécile) y pasó a correr en 5'30”/km. Joaquín no sólo mantuvo la cadencia, sino que además tuvo fuerzas para acelerar ligeramente en la parte final. Por delante, Alejandro marchaba firme y constante, sin relajarse en ningún momento. Ya más retrasado, Luis dosificaba sus fuerzas con el propósito de alcanzar la meta.

En la llegada, Alejandro marcó 1 hora 42 minutos, un tiempo extraordinario para un estreno en el medio maratón; a tres minutos entró Joaquín, que también certificó un crono excepcional en su debut en esta prueba. La carrera de los debutantes fue impresionante por sus registros y, sobre todo, por el modo en que ambos lo hicieron: yendo siempre de menos a más y sin mostrar ninguna debilidad en los más de 21 kilómetros.

A tres minutos de Joaquín y con los pantalones remangados, cogidos por imperdibles y tan mojados como si hubiese estado cogiendo mejillones, apareció Juan Antonio. Después llegó el turno de Luis; vacío desde la mitad de la prueba, su particular tour de force consistió en administrar las fuerzas que le quedaban en la reserva para completar el medio maratón. Cruzó la meta con un trote crepuscular, agotado, pero satisfecho de no haberse detenido en ningún momento hasta haber conseguido el objetivo.

La ciudad de Lorca comprobó que el espíritu Sunset es un concepto muy amplio; abarca las cañas y los pinchos de morcilla en la zona de meta, la voluntad de los debutantes por superar nuevos retos, el mantenimiento de la dignidad con unos pantalones remangados e, incluso, la tenacidad para hacer más de 21 kilómetros cuando (parece que) todas las fuerzas se han agotado.

> Clasificación completa de los 12.500 metros. Ver.
> Clasificación completa del Medio Maratón. Ver.
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