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20 de junio de 2012
 

El ruido del helicóptero era ensordecedor. A las puertas del edificio de Unidad Editorial, decenas de periodistas se tapaban los oídos con las manos mientras miraban con asombro el gigantesco artefacto naranja. Las hélices agitaban el aire, haciendo que las hojas de periódico se arremolinasen descontroladas. El helicóptero aterrizó. Al apagarse los motores, el ruido cesó y el silencio lo inundó todo. Las puertas se abrieron y, entre la confusión, lo único que se pudo distinguir fue el logo de SUNSET RUNNERS.

En realidad la llegada fue en el autobús 107 de la EMT, pero ¿qué principio es mejor?

Lo que sí es cierto es que SUNSET RUNNERS estuvo en la sede de MARCA en Madrid. El motivo de la visita era conocer a Eduardo Schell Schmid, redactor de baloncesto y responsable de la web nba.es.

El encuentro estaba previsto para finales de abril, coincidiendo con la Maratón de Madrid. Sin embargo, problemas de horarios (y las secuelas físicas tras la carrera) hicieron que se tuviese que aplazar de manera indefinida.

Dos meses después, SUNSET RUNNERS cumplió su promesa y materializó un vínculo hasta entonces virtual. Así fue la aventura. De verdad.

Un chamán crepuscular
Son casi las once y media de la mañana. Eduardo Schell sale a recibirnos a la entrada del edificio de Unidad Editorial. Lo primero que sorprende es que es más alto, más joven y más apuesto de lo que reflejan las fotos de sus perfiles en blogs y redes sociales.

La segunda sorpresa es que parece estar tan ilusionado como SUNSET RUNNERS por este encuentro. “Me alegra mucho conoceros: me lo paso muy bien con vosotros, pero hasta ahora no sabía realmente ni quiénes erais.” Cosas del Siglo XXI.

La palabra “majo” tiene un origen etimológico incierto. Según el contexto, se puede asociar a ideas como simpatía, generosidad, sencillez o bizarría en la resolución de peligros. En todos esos sentidos, Eduardo Schell es un tío majo.

Tomamos un café y nos ponemos al día. Hablamos sobre lo divino y lo humano. Sobre todo, de lo humano.

La relación entre Eduardo Schell y SUNSET RUNNERS arranca a través de Twitter. En el último año, se ha consolidado un vínculo entre el periodista -que cuenta con cerca de 10.000 seguidores en esa red social- y algunos corredores del club.

Lo suyo es el baloncesto, pero sobre todo es amante de las cosas que hacen que la vida sea mejor: su familia, viajar, la cocina exquisita o el buen cine. Conectando con el Espíritu Sunset, también piensa que lo más importante es disfrutar el trayecto.

Eduardo Schell nos invita a conocer MARCA. “Tienen un club de corredores crepusculares”, dice para hacer las presentaciones.

Atravesamos la redacción del diario. Dejamos atrás los estudios de radio, donde casi siempre se habla de fútbol. Seguimos avanzando. Mesas de redactores. Aún no son las doce, así que muchos ordenadores están apagados. Una sala acristalada donde se reúnen los que llevan traje. Más mesas de redactores. Luz y moqueta que acolchan el sonido del trabajo silencioso.

Nosotros estamos en esa esquina”, me comenta Eduardo Schell guiándome hasta uno de los ángulos de la redacción.

Los encargados del baloncesto disponen de su propio gueto. Por suerte o por desgracia. En caso de incendio, serían los últimos en salir. A no ser que lo provocasen ellos, claro.

Me siento allí, al lado de Pau”, indica señalando una figura de cartón a tamaño natural de Gasol con el uniforme de Lakers.

Cerca de nosotros está Enrique Corbella. Otro de los motores del baloncesto en MARCA, también es un usuario habitual de las redes sociales. “Yo también suelo correr. Hubo un tiempo en el que aguantaba setenta minutos, pero me lesioné y ahora me cuesta llegar a la media hora”, comenta en tono crepuscular sin darse cuenta de que describe a la perfección el Espíritu Sunset.

Aprovechando que estamos junto a su mesa, SUNSET RUNNERS hace entrega a Eduardo Schell de un polo con el logo del club. “¡Qué grandes los corredores crespusculares y qué ilusión!”, repite mientras luce la exclusiva prenda. Lo agradece varias veces. Humilde y sinceramente.

Desde su mesa, Enrique Corbella plantea una duda latente: “¿por qué Eduardo sí es admitido como corredor crespuscular y yo no?” La respuesta es inminente y la petición se atiende rápido: se abren inmediatamente las gestiones para su incorporación. Nada resulta más crepuscular que un ex-jugador de baloncesto ocasional corriendo una horita de vez en cuando. Y son muchos los Sunset Runners que han realizado ese trayecto.

Antes de abandonar la redacción, nos tropezamos con David Sánchez. Está sentado delante del ordenador. Concentrado. Atareado. Seguramente, prepara el guion de “La Rebotica”, un espacio de culto dentro de su programa en Radio Marca. Hace unos meses, anunciaba que había comenzado a correr; desde entonces SUNSET RUNNERS ha seguido con interés su progresión.

Interrumpimos su trabajo y le preguntamos cómo lleva los entrenamientos. Confiesa que lo tiene algo abandonado. “Empecé con muchas ganas, pero la verdad es que me aburro si salgo solo.” El club le deja las puertas abiertas, como al hijo pródigo que se fue y algún día podría volver. Incluso, corriendo.

Nos despedimos de David Sánchez, que rápidamente vuelve a concentrarse en sus tareas. Pasan unos minutos de mediodía y la redacción de MARCA está cada vez más animada. Ordenadores encendidos. El martilleo de los dedos sobre los teclados. Gente que va de un sitio a otro. O que habla por teléfono. O que hace las dos cosas al mismo tiempo.

Eduardo Schell nos acompaña hasta la salida del edificio. En unos minutos, él también debe marcharse: ha quedado con José Manuel Calderón para una entrevista. Primero SUNSET RUNNERS y luego un Campeón del Mundo. Así es una mañana en su vida. Y no hay muchos que puedan decir lo mismo.

¿Puedo considerarme Embajador Honorífico Sunset?”, pregunta Eduardo Schell. Antes de esperar respuesta, lo reconsidera. “¿O sería mejor Chamán Sunset?” Como los dos cargos están disponibles, se le deja elegir. Aunque, sin duda, los poderes sobrenaturales de un chamán proyectan mucho más glamour.

No dejamos pruebas. Nos despedimos en la entrada, en el mismo lugar donde unos cuarenta minutos antes todo se había desvirtualizado.

Quedamos para la próxima, para la siguiente. Aunque realmente no sabemos cuándo será. SUNSET RUNNERS ya tiene un Embajador Honorífico. O un Chamán Crepuscular. O todo al mismo tiempo.

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