18 de marzo de 2012
Distancia: 10 km

El Bois de Boulogne es el principal parque de la ciudad de París. Con una extensión de 846 hectáreas, este bosque centenario se encuentra en el límite oeste del 16º distrito de la capital francesa. Allí, cerca de las instalaciones donde se disputa Roland Garros, se celebró la tercera edición de Les foulées de l'assurance, un evento deportivo compuesto por varias pruebas, y hasta allí se desplazó SUNSET RUNNERS para participar en los 10 km du coeur.

La representación Sunset se componía por Juan Antonio Pujante y por Nicolas Sinitambirivoutin, debutante no sólo en el club, sino también en carreras populares. Farmacéutico en el céntrico barrio parisino de Clichy, Nicolas llevaba varias semanas sin entrenar y, además, nunca había afrontado una distancia tan larga; por esto, su principal objetivo era lograr finalizar la prueba.

La mañana despertó con mal tiempo. 4 grados y un cielo nublado anunciaban que la jornada sería fría. A la llegada al Bois de Boulogne, Juan Antonio y Nicolas observaron que cada equipo (generalmente patrocinado por una empresa y formado por sus trabajadores) disponía de una carpa propia donde se servían copiosos desayunos. Dada la reciente implantación de SUNSET RUNNERS en París, Juan Antonio y Nicolas se conformaron con ocupar un stand vacío, sentarse en un par de sillas y contemplar el Lac Inferieur -con la Torre Eiffel de fondo- mientras se hacía la hora de la salida.

La afición Sunset también estuvo presente en la prueba. Cécile Le Tallec-Domalain y su hermana Elise acompañaron Juan Antonio y Nicolas en los momentos previos, que resultaron de lo más curiosos.

La organización preparó un “calentamiento colectivo”. De este modo, instalaron varias plataformas junto a la salida donde subieron sendos animadores (se imagina que serían profesores de aeróbic o algo así, pero su atuendo recordaba al personaje de Duffman en The Simpsons...) A falta de 15 minutos para la salida, comenzó a sonar música y los animadores dirigieron el calentamiento colectivo que, por aquello de “donde fueres, haz lo que vieres”, Juan Antonio y Nicolas intentaron seguir con mejor voluntad que acierto.

La salida se dio en tres fases, según la división en tres cajones: 40', 50' y más de 1h. El dúo Sunset decidió colocarse en la parte trasera del apartado intermedio. Ambos partieron con mucha calma, haciendo los dos primeros kilómetros en 6'30” y 6'15” respectivamente. Juan Antonio aceleró ligeramente con la intención de que la carrera no se hiciese excesivamente larga para Nicolas. De este modo, al paso por el cuarto kilómetro, el ritmo medio ya rondaba 6'10”/km.

A partir de ese punto, la prueba se complicó. Se abandonó la carretera de asfalto para atravesar estrechos senderos de tierra. El piso irregular se volvió todavía más incómodo cuando comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia. Las señales kilométricas pintadas sobre los caminos empezaron a borrarse, perdiéndose entre el barro.

Nicolas acusaba el frío y la humedad, pero seguía a Juan Antonio sin mostrar signos de debilidad. Sólo al paso por el kilómetro 8, los dos Sunset Runners volvieron a ver la indicación kilométrica: su ritmo medio se acercaba a 5'50”/km.

En la parte final, Juan Antonio apretó un poco más y el cansancio comenzó a notarse en Nicolas. Sin embargo, en un esfuerzo colosal, respondió a cada envite, logrando que los dos últimos kilómetros fuesen -con diferencia- los más rápidos de toda la prueba.

Al atravesar la meta, la lluvia dio paso al granizo, lo que hizo que la jornada fuese más épica. Después de la carrera, corredores y afición del club pasearon su éxito por los Campos Elíseos de París e inmortalizaron el momento junto al Arco del Triunfo. Así, como los héroes, cerraron un día histórico para SUNSET RUNNERS.

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